sobre el “Vivir Bien” o el “Buen Vivir”
por Guido Mendoza Fantinato
Los paradigmas de vida dominantes actualmente en el territorio andino, en gran medida, son producto de la dominación colonial iniciada con la invasión española de las primeras décadas del siglo XVI. Dicha herencia, sustentada en un marcado antropocentrismo, conceptúa a la persona individual como el único sujeto de derechos y obligaciones, razón por la cual los sistemas jurídico, educativo, político, económico y social enfatizan la importancia de velar solo por los derechos y obligaciones individuales.
Frente a ello, es importante anotar que la cosmovisión de la Civilización Andina, desarrollada durante los últimos milenios, ha privilegiado un punto de vista absolutamente opuesto. Así, bajo un paradigma fundamentalmente cosmocéntrico, enfatiza que todo vive y todo es importante para el equilibrio y la armonía de la vida en una perspectiva comunitaria y no individual. En esta línea de pensamiento, el importante trabajo publicado por el investigador boliviano Fernando Huanacuni Mamani, titulado: “Vivir Bien / Buen Vivir. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales” busca presentar, desde el pensamiento aymara ancestral, una explicación y un derrotero vital a los grandes desafíos del presente que enfrentan las modernas sociedades andinas, herederas de esta rica tradición milenaria, una de las más antiguas del planeta.
Las tradiciones importadas e impuestas en territorio andino partir del siglo XVI:
A criterio de Huanacuni Mamani, los referentes de vida que se impusieron en territorio andino a partir del siglo XVI “han propiciado un escenario de desencuentros y han ido profundizando cada vez más los abismos entre los seres humanos y todo lo que les rodea, llevando a la humanidad a un alto grado de insensibilización” . Así, más allá de lograr "una mejor calidad de vida", las sociedades “modernas” parecieran avanzar cada día más “hacia la infelicidad, la soledad, la discriminación, la enfermedad, él hambre y, más allá de lo humano, hacia la destrucción de la Madre Tierra” .
Frente a esta realidad, Huanacuni Mamani plantea como respuesta y propuesta la llamada “cultura de la vida", es decir, privilegiar el paradigma ya no individualista sino el paradigma comunitario, lo cual significaría reconstruir la visión de comunidad desarrollada por la sociedades andinas ancestrales. Así, “esa herencia de las primeras naciones de la humanidad considera a la comunidad como estructura y unidad de vida, es decir, constituida por toda forma de existencia, y no sólo como una estructura social (solo conformada por humanos), en la lógica comunitaria esto no implica una desaparición de la individualidad, sino que la individualidad se expresa ampliamente en su capacidad natural, pero en un proceso de complementación con otros seres dentro de la comunidad” .
En esta lógica, el retorno a uno de los paradigmas más antiguos del planeta significaría privilegiar nuevamente la cultura de la vida para Vivir Bien, “sustentado en una forma de vivir plasmada en la práctica cotidiana del respeto, de la relación armónica y equilibrio con todo lo que existe, comprendiendo que en la vida todo está interconectado, es interdependiente y está interrelacionado” .
En contraposición a ello, se recuerda que la visión importada desde Europa con la invasión iniciada a inicios del siglo XVI, impone una lógica contraria, donde se prioriza el horizonte del "vivir mejor" lo que implica, en la práctica, “el desencuentro no sólo entre seres humanos, sino también con la naturaleza y el cosmos”. Así, esta marcada visión antropocéntrica concentra principalmente su atención en la razón, “dejando de lado la sensibilidad y el afecto tan presentes en la forma de vida de los pueblos ancestrales” .
El Suma Qamaña y el Sumak Kawsay: los fundamentos del Vivir Bien o el Buen Vivir:
Huanacuni Mamani plantea que los términos utilizados en español para describir el suma qamaña (en aymara) o sumak kawsay (en quechua) serían “vivir bien” y “buen vivir”, respectivamente. Sin embargo, resulta importante explicar algunos conceptos complementarios para entender la verdadera dimensión de su significado milenario.
Así, para la visión andina cosmocéntrica, el valor más importante corresponde a “la vida en relaciones de equilibrio y armonía, por lo que “qamaña” se aplica a quien “sabe vivir”. Ahora bien, el término “suma qamaña” se traduce como “Vivir Bien”, pero éste no explica la real magnitud de su significado” .
Ahondando en estos conceptos ancestrales desde la cosmovisión aymara, el “jaya mara aru” o “jaqui aru”, “suma qamaña” se podría traducir de la siguiente forma:
Suma: plenitud, sublime, excelente, magnífico, hermoso.
Qamaña: vivir, convivir, estar siendo.
Entonces, “la traducción de “suma qamaña” que más se aproxima es “vida en plenitud”. Y actualmente esta palabra se traduce como “Vivir Bien” .
Conjuntamente con ello, Huanacuni Mamani señala que la traducción aproximada en el quechua, otro de los idiomas milenarios de la Civilización Andina, podría ser de la siguiente manera:
Sumak: plenitud, sublime, excelente, magnifico, hermoso (sa), superior.
Kawsay: vida, ser estando.
Por lo tanto, “el Suma Qamaña o Sumak Kawsay es el proceso de la vida en plenitud. La vida en equilibrio material y espiritual. La magnificencia y lo sublime se expresa en la armonía, en el equilibrio interno y externo de una comunidad” .
La visión cosmocéntrica andina como heredera de una sabiduría milenaria:
Por tanto, el camino y el horizonte de la comunidad sería alcanzar el suma qamaña o sumak kawsay, lo cual implicaría primero saber vivir para luego recién aprender a convivir. Así, “saber vivir implica estar en armonía con uno mismo: estar bien o sumanqaña y luego, saber relacionarse o convivir con todas las formas de existencia” .
Esta visión de saber privilegiar la armonía sobre el conjunto y el arte de la convivencia y el desarrollo comunitario por encima de los intereses estrictamente individualistas, emergen como valores andinos supremos producto de miles de años de historia.
Así, en palabras del propio Huanacuni Mamani, esta ancestral cosmovisión se explicaría mejor a través de la siguiente afirmación: “la desaparición o el deterioro de una especie es el deterioro de la vida. La vida nos invita a retomar un principio básico heredado de nuestros abuelos y abuelas para reconstituir nuestra comunidad de vida: somos hijos de la Madre Tierra y del Cosmos (Pachakaman Pachamaman wawapatanwa)” .
Nos encontramos, pues, frente a Importantes reflexiones propuestas desde la visión cosmocéntrica desarrollada por la propia sociedad aymara, una de las sociedades ancestrales de la Civilización Andina. Su legado y su enorme vitalidad con relación a los grandes retos que enfrentan las modernas sociedades andinas es un asunto que queda en evidencia en este valioso trabajo de Fernando Huanacuni Mamani Tomado de SARIRI.