jueves, 17 de julio de 2025

EL PUEBLO WAMPIS DE LA AMAZONIA PERUANA VALIOSA EXPERIENCIA DE AUTOGOBIERNO

 




 En un contexto de amenazas externas, burocracia estatal y ofensivas extractivas, ya desde hace varios años la nación Wampís ha desplegado una estrategia de resistencia, gobernanza comunitaria y diplomacia para sostener su territorio, identidad y proyecto de vida.

Nueve años de autonomía: el proceso de la Nación Wampís para reconstruir su autogobierno

Por Shapiom Noningo                                                                                              Secretario técnico del GTANW. 

Debates Indígenas, 15 de julio, 2025.- La Nación Wampís se ubica en la región nororiental del Perú, en los distritos de Río Santiago (Kanus) y Morona (Kankaim). Con una extensión de más de 1,3 millones de hectáreas, el pueblo Wampis ejerce una autonomía basada en su ocupación ancestral y en una visión propia de gobernanza territorial. Esta autonomía se formalizó en 2015 con la proclamación del GTANW y la aprobación de su Estatuto.

Los wampís comparten raíces históricas y culturales con otros pueblos del grupo jíbaro, como los shuar, awajún y achuar. Desde mediados del siglo XX, comenzaron a organizarse en comunidades nucleadas y, más adelante, en federaciones como el Consejo Aguaruna y Huambisa (CAH), dando origen a una estrategia de recuperación territorial que desembocaría en el proyecto autonómico actual.

El GTANW no surgió de un vacío, sino de un proceso de acumulación de luchas, debates y construcción organizativa. Durante décadas, las comunidades denunciaron las limitaciones del modelo de comunidades nativas y comenzaron a elaborar visiones más integrales de territorio, identidad y autogobierno. De este modo, la creación del GTANW fue una afirmación colectiva de continuidad histórica y una respuesta a los vacíos jurídicos del Estado peruano.              Orígenes históricos de la lucha territorial   wampís

La historia del autogobierno Wampís no comienza en 2015. Durante siglos, este pueblo amazónico ha defendido su territorio frente a diversos actores. Su autonomía se nutre de una larga trayectoria de defensa territorial contra los incas, colonizadores, caucheros, colonos andinos, invasores y actores estatales. De este modo, la resistencia territorial ha sido una constante.

A mediados del siglo pasado, las familias wampís comenzaron a agruparse en comunidades nucleadas, motivadas principalmente por el acceso a la educación. Fue entonces cuando surgió el modelo de “comunidades nativas”, impulsado por la Ley de Comunidades de 1974, que reconocía la propiedad colectiva pero fragmentaba el territorio ancestral.

La formación del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís fue el resultado de décadas de organización, experiencias comunitarias, estudios técnicos y afirmación identitaria. Fue también una respuesta a los límites del modelo estatal.

Por este camino, en 1976 se creó el Consejo Aguaruna y Huambisa (CAH), que representaba tanto a los awajún como a los wampís. Desde entonces, la reivindicación territorial fue asumida como una prioridad colectiva de ambos pueblos. En efecto, como las primeras titulaciones no cubrían la totalidad de los territorios ancestrales, comenzaron a demandar una “reserva comunal” integral. Este reclamo nunca fue atendido por el Estado.

Esta frustración llevó a que las comunidades wampís plantearan una estrategia más ambiciosa: reconstruir su autonomía desde el territorio y la cultura. De este modo, la formación del GTANW fue el resultado de décadas de organización, experiencias comunitarias, estudios técnicos y afirmación identitaria. Fue también una respuesta a los límites del modelo estatal.



Consolidar la autonomía: organización, diagnóstico y formación

Desde su proclamación, el GTANW ha desarrollado un amplio proceso de planificación y ejecución territorial. Ha realizado estudios jurídicos, mapas culturales y acuerdos de límites con pueblos vecinos. Paralelamente, ha puesto en marcha diagnósticos participativos sobre salud, educación, juventud, mujeres y territorio. A partir de estos resultados, definió cinco ejes de acción: educación, salud, economía, comunicaciones y biodiversidad.

En este sentido, destacan la Escuela de Líderes Sharian, que ha formado a decenas de jóvenes de las comunidades Kanús y Kankaim en liderazgo político, historia y derechos indígenas. También se han realizado siete talleres para comunicadores y comunicadoras, fortaleciendo la radio Tuntui, el periódico Nakumak, el sitio web y las redes sociales del GTANW. Estas herramientas han sido claves para visibilizar la agenda autónoma desde la propia voz wampís.

 

El Código de Convivencia Comunitaria y el Código Penal Wampís, actualmente en debate en las asambleas, buscan fortalecer la justicia indígena y los mecanismos internos de resolución de conflictos.

Otro hito ha sido la elaboración de un censo autónomo que permitió corregir las omisiones del censo nacional y actualizar el número real de habitantes. En paralelo, el proceso de zonificación territorial con enfoque cultural e indígena ha delineado áreas de uso tradicional, zonas sagradas, territorios de conservación y espacios productivos. Este trabajo técnico se articula con planes de manejo que recuperan saberes ancestrales y proponen una economía sostenible desde el bosque.

Además, se han elaborado documentos muy importantes como el Código de Convivencia Comunitaria y el Código Penal Wampís, actualmente en debate en las asambleas. Estas normas buscan fortalecer la justicia indígena y los mecanismos internos de resolución de conflictos. Su desarrollo muestra la capacidad normativa del GTANW y la profundidad del proceso autonómico.

Enfrentar amenazas: el oro, la madera, el lote 64 y la expropiación estatal

La nación Wampís ha debido enfrentar diversas amenazas externas: la parcelación de sus comunidades, la extracción ilegal de oro y madera, los intentos de categorización estatal del cerro Kampankias y las concesiones petroleras sin consulta previa. La nación Wampís ha respondido con acciones legales, denuncias, alianzas con organizaciones como la Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú (FENAP), y con el monitoreo ambiental a través del grupo de control socioambiental Charip (relámpago en idioma wampís), formado por voluntarios entrenados en vigilancia territorial.

Uno de los principales conflictos fue con la corporación colombiana Geopark, especializada en la exploración y producción de petróleo y gas, que pretendía operar el Lote 64 en el territorio de Kankaim. Durante la pandemia, la empresa ingresó acompañada por el ejército, lo que desencadenó una fuerte reacción comunitaria y una dura demanda por falta de consulta previa. Finalmente, Geopark se retiró, pero la amenaza continúa vigente, ya que Petroperú busca nuevos socios para explotar el lote.

En cuanto a la minería ilegal, el GTANW ha enfrentado intentos de extracción de oro con dragas en zonas como Pastacillo. Esta actividad no sólo contamina el agua con mercurio, poniendo en grave peligro la salud de los habitantes, sino que fractura la cohesión social. También se han reportado amenazas directas contra líderes como el Pamuk (máxima autoridad) Wrays Pérez. Ante ello, el Estado otorgó medidas de protección que aún no se han implementado eficazmente.

Finalmente, frente a la intención estatal de convertir el cerro Kampankias en un Área Protegida, el GTANW ha insistido en que se trata de un territorio sagrado para la Nación Wampís y le ha advertido al gobierno que aceptar esa categorización implicaría una expropiación indirecta. Por eso, han documentado su uso ancestral y han realizado acciones de incidencia a nivel nacional e internacional.



Diplomacia desde el territorio y proyección continental

La autonomía wampís también se ejerce en clave diplomática. El GTANW ha establecido alianzas con gobiernos regionales, universidades, ONG nacionales e internacionales (IWGIA, Nia Tero, Amazon Watch), embajadas (Reino Unido, Suecia, España) y organismos internacionales como el Foro Permanente de la Organización de Naciones Unidas o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Estas alianzas han servido no sólo para visibilizar su lucha, sino para acceder a apoyo técnico, recursos logísticos y respaldo político. Por ejemplo, el GTANW ha logrado que algunos gobiernos regionales reconozcan de facto su existencia mediante ordenanzas. En el plano internacional, han presentado informes y documentos oficiales ante la ONU y la Organización de Estados Americanos.

Frente a un Estado que aún niega el reconocimiento jurídico a las naciones originarias, el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís ha trazado un camino propio, con resultados tangibles y proyección internacional.

Además, han compartido su experiencia con otros procesos autonómicos en Perú, como los pueblos Awajún, Chapra, Achuar, Shawi y Shipibo. Esta red emergente de gobiernos territoriales autónomos fortalece una visión compartida de autodeterminación indígena, con intercambio de metodologías, estrategias y defensa colectiva.

La experiencia wampís demuestra que el autogobierno es posible desde el territorio y la memoria colectiva. Frente a un Estado que aún niega el reconocimiento jurídico a las naciones originarias, el GTANW ha trazado un camino propio, con resultados tangibles y proyección internacional. Ante amenazas extractivas o sanitarias, el GTANW ha logrado coordinar con instituciones públicas y organismos cooperantes. Esta articulación le ha permitido sostener una autonomía práctica, más allá de la falta de reconocimiento jurídico formal.


Un modelo para otras autonomías indígenas

La experiencia del GTANW no es un caso aislado. En los últimos años, al menos una docena de pueblos amazónicos han iniciado procesos similares de autodeterminación. Algunos ya cuentan con gobiernos autónomos en funcionamiento, como los Chapra, Shawi o Shipibo-Conibo. Otros están en fase de demarcación o redacción de estatutos. Estos procesos expresan una nueva etapa del movimiento indígena amazónico. 

Más allá de la lucha por títulos de propiedad, los pueblos amazónicos plantean una reorganización del poder territorial y una exigencia de reconocimiento como sujetos jurídicos colectivos. Desde un enfoque de gobernanza indígena, los gobiernos territoriales autónomos articulan derecho consuetudinario, espiritualidad, planificación territorial y estrategias legales. Esta combinación les permite sostener una gestión práctica del territorio, incluso sin reconocimiento legal por parte del Estado.

El Gobierno Autónomo de la Nación Wampís funciona como un modelo de referencia, por su legitimidad interna, continuidad institucional y capacidad de incidencia. Este pueblo amazónico ha demostrado que el autogobierno no es una aspiración simbólica, sino una realidad en construcción. Con resultados concretos y un horizonte político claro, su experiencia interpela al Estado peruano y ofrece inspiración a otros pueblos que luchan por su autonomía y dignidad.

 Publicado por Debates Indígenas el 1 de julio de 2025 ,Difundido Nacionalmente por SERVINDI