martes, 25 de noviembre de 2014

A PROPOSITO DE LA COP 20 EN LIMA PERU

  

Todo el mundo está muy feliz por la COP20 en Lima. Hace unos años hubiera estado tan contento como tantos idealistas que sueñan con que su ciudad sea puesta en el mapa por un magno acontecimiento. Sin embargo, tras varios años trabajando en organizaciones promotoras de los mismos, tras haber sido parte de la organización de algunos cuantos, mi forma de pensar y sentir al respecto cambió significativamente.  No voy a negar que haya gente que realmente trabaja en pos del bien común. Personas que necesitan de estos eventos para exponer sus ideas y que se creen redes de trabajo para poder emprender los proyectos que pueden marcar una diferencia. Eso es real, lo veo a diario y funciona. Gracias a espacios como la COP he podido conocer gente maravillosa, muy preclara, con sus ideas tan nítidas y equilibradas, prestos para la labor. De esos individuos a los que, si se les prestara atención o se les entendiera correctamente, serían los más famosos y alabados sobre esta tierra. En ese sentido, es muy importante que la COP20 se esté dando en nuestra ciudad. Se aplaude y agradece.
Pero no todo es color de rosa. Desgraciadamente, hay otros tantos, la gran mayoría de funcionarios, que solo ven oportunidades para figurar, asegurar dinero y mantener el status quo a pedido de sus amos. Eso fue lo que hizo que me desencantara de Sistema de NN.UU. y grandes ONGs. Las intervenciones se convierten en excusas, nunca en resultados sostenibles. Las contribuciones de fondos gubernamentales y/o empresas son el botín por el cual se pelea sin cuartel entre "familias". A los cooperantes se les da una buena cara solamente, cuando la verdad es que se les está tonteando pues lo único que interesa es seguir teniendo una jugosa cuenta en el banco.  Lo sé de primera mano porque tuve un jefe así: acomplejado, miserable, ratero e ignorante. Se quejaba cuando no se levantaban fondos, pero le importaba muy poco darle buen uso al dinero en la implementación de proyectos. Luego se preguntaba las razones por las cuales se hacía mucho más difícil conseguir capital y culpaba a todos, menos a quienes eran responsables del despilfarro realmente –incluyéndolo-. Como él, varios Oficiales de Programa y muchos consultores que se encantaban de entrar en el juego de la “coimisión” e infladas de precios. Gente que estaba dispuesta a presentar trabajos comprados "por ahí" o a bajar monografías de “El Rincón del Vago” con tal de recibir sus pagos. Lo peor era que el jefe, por ser su amigote, se los aceptaba, avalaba y, de ser descubiertos, cambiaba las cosas a la prepo.
También puedo mencionar el abuso hacia los practicantes y voluntarios, quienes son esclavos modernos. Solo se enganchan y suben rápido los que le entran al jueguito sucio, medir las cualificaciones es cosa del pasado para esta gente. Igual ocurre con algunos especialistas honestos que son, literalmente, despreciados por tener dicha cualidad. No es de extrañar que instituciones como éstas sean una olla de grillos gordos y apartados de la vanguardia de pensamiento y del progreso.  Por ello, me apena que la COP se dé en nuestras tierras, por el abuso y la hipocresía. Ahorita todas las Agencias se están llenando de plata por presentarse como paladines de la justicia y el desarrollo sostenible. Los términos “sustentable” y “eco-amigable” resonarán poderosamente, pero serán más vacíos que nunca en boca de algunos desfachatados. Se hablará mucho de “hacer incidencia en”, lo que significa hablar y hablar para nunca acabar -dicho sea de paso, lo correcto es decir "incidir en"-. Gastarán un dineral para no tener ningún resultado, solo unos cuantos escritos con recomendaciones que morirán impresos en un estante. Sí, para eso se gastan millones, las decisiones nunca son tomadas y las sugerencias nunca son dadas como deberían. Cruda y triste realidad.
Estos “profesionales”, los organizadores de saco y corbata, los que nunca mueven un dedo, dirán que hicieron mucho, presentaran lindos informes virtuales detallando sus participaciones –nada en papel para salvar el planeta-. También, darán un reporte de gastos donde mostrarán que se tiraron hasta el último centavo cuando todo les costó poco más de dos tercios de los fondos cursados para la organización. Se escudarán en el argumento: “no es bueno devolver nada, se vuelve engorroso el trámite; además es mejor que vean que uno ha ejecutado el 100% para que no nos den menos la próxima vez ni nos tomen por poco efectivos”. Todos saben que es mentira, pero lo utilizan para acallar sus conciencias y salir bonitos en la foto.
Como fuese, pasa gracias a que la supervisión interna y externa se relaja bastante por el cariz de estas organizaciones: "Sin fines de lucro". Terrible, debería ser todo lo contrario. Y cuando alguien denuncia o se opone a estos malos manejos termina sin trabajo y desprestigiado. Peor aún, cuando algo de todo lo anterior se sabe, no se hace mucho porque se pisarían demasiadas colas. Eso sí, gracias a Dios por las buenas instituciones y los buenos profesionales que quedan en un entorno tan podrido.   Tomado de la mula.pe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario